Según un estudio realizado por
INTA Rafaela es posible asegurar la disponibilidad del forraje si se combinan los híbridos de
maíz para silaje en dos momentos de siembra. Basados en distintos ensayos comparativos realizados en la institución, los responsables de pasturas y forrajes conservados entienden que esta opción podría mejorar el rendimiento y calidad. Con esta investigación pueden evaluar la adaptación ambiental del híbrido y la producción de materia seca.
El alto rendimiento que proporciona el silaje de
maíz se refleja en la cantidad producida por hectárea, su valor energético y el tratamiento anterior al ensilado. Por estas características durante el estudio se pudo evaluar la etapa de máximo beneficio y calidad de la materia seca.
Juan Mattera, especialista en pasturas y forrajes de la unidad del
INTA en Rafaela, insistió en la importancia de planificar la siembra en “dos momentos distintos”, asegurando que de esta manera el productor se “asegura la disponibilidad del forraje”.
Como observadores destacaron que en octubre se referenció la época temprana y en diciembre la tardía, en el primer momento los híbridos alcanzaron una altura de 165 centímetros promedio.
Luis Romero, especialista del
INTA Rafaela al respecto destacó “el promedio de producción de materia seca de todos los híbridos evaluados fue mayor en la época de siembra tardía: 18.043 kilogramos de materia seca por hectárea. El rendimiento estuvo asociado a las precipitaciones registradas durante el verano”.
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